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Equilibrios y desequilibrios globales. (III)

  • Foto del escritor: Saúl Loera
    Saúl Loera
  • 27 feb
  • 6 Min. de lectura
Columna: Mirada Geopolítica. 27/02/25
Columna: Mirada Geopolítica. 27/02/25

¿Entonces cómo fue que Estados Unidos, siendo el vencedor de la guerra fría y única super potencia mundial, terminó derrumbando el orden mundial que había construido y en el camino, su propia hegemonía? El recuento es largo, pero destacamos sólo los eventos que nos parecen más trascendentes.


3. Rompimiento del orden internacional.

La primera ruptura de Estados Unidos del orden mundial fue muy anterior y se dio en el ámbito financiero, con su salida del modelo Bretton Woods. En agosto de 1971, el gobierno del presidente Nixon decide abandonar la paridad oro-dólar, que era de 35 dólares por onza, es decir, que los dólares que desde aquel entonces el gobierno estadounidense emite, no están respaldados por el oro, volviéndose una moneda fiduciaria (basada en la confianza).


Y aunque en 1974, como reemplazo a ese respaldo de su moneda, Estados Unidos estableció el llamado “petro-dólar”, esto es, un acuerdo con Arabia Saudita, para que el petróleo sólo se vendiera en dólares y eso fortaleció de nuevo a su moneda, ese fue la primera violación al orden internacional que ellos mismos habían construido, lo que provocó grandes reacciones, sobre todo de su aliada Francia.


Posteriormente, a principios de este siglo y como respuesta a los ataques que derribaron las Torres Gemelas en Estados Unidos, decide invadir Afganistán (2001) pues el gobierno talibán se negó a entregar a Bin Laden (autor del ataque) y dos años después invade Irak (2003), acusándolo de tener armas de destrucción masiva y relación con Al-Qaeda, el grupo terrorista de Bin Laden, acusaciones nunca demostradas por completo.


En el caso de Afganistán, EU se amparó en el Derecho de autodefensa consagrado en el Art. 51 de la carta de la ONU, y fue apoyado por sus aliados de la OTAN, invocando el artículo 5 (defensa colectiva), contando en ambas agresiones con una ´alianza internacional, no obstante, en los dos casos, el Consejo de Seguridad de la ONU votó en contra de los ataques, lo que no impidió los estadounidenses los llevaran a cabo.

También al inicio del siglo, pero sobre todo a partir de la segunda década, Estados Unidos ha emprendido sanciones comerciales y financieras a diversos países por diferentes causas que van desde violaciones a derechos humanos, fraudes electorales (Venezuela), faltas a acuerdos nucleares y “promoción al terrorismo” (Irán), o competencia comercial “desleal” (China).


Pero el caso más extremo fue la “bomba financiera contra Rusia” ´lanzada´ por EU y aliados (Unión Europea, Reino Unido, Australia, Japón y algunos más) por su invasión a Ucrania, lo que incluía no sólo sanciones comerciales, económicas y energéticas, sino sacarlo del Sistema SWIFT (Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunication), que es la red mundial con que se comunican y trabajan los bancos de todo el mundo, lo que, supuestamente lo “haría un paria internacional”; además de “congelarle” e intentar quitarle el dinero que el Banco Central de Rusia tenía en el extranjero, un monto de alrededor de 300 mil millones de euros.


Todo lo anterior, fue provocando reacciones y desconfianza tanto en países ´enemigos´ como ´amigos´, que empezaban a dudar de ese “orden internacional basado en reglas” de que hablaban los estadounidenses, además de ver con preocupación cómo aumentaba la ´militarización´ del dólar. Pero con la primera administración de Trump y su imposición de sanciones y aranceles (impuestos a la importación o exportación), medidas proteccionistas para sus empresas y la cada vez mayor injerencia en áreas de la economía por razones “de seguridad nacional”, el descrédito del supuesto libre comercio, la globalización y las ´reglas´ del neoliberalismo, fue en aumento.


Las amenazas del ´primer´ Trump sobre abandonar la OTAN y su actitud de aplicar sanciones o aranceles al margen de la OMC, dejaban claro su rompimiento con el orden mundial, sin embargo, la administración Biden cambió el rumbo y dio continuidad al ´multilateralismo´, reagrupó a sus “aliados del mundo libre” y se fue contra Rusia. No obstante, con el regreso de Donald Trump, las acciones del gobierno de Estados Unidos, como vemos ´escandalosamente´ a diario, no han hecho más que romper el orden internacional de manera irrefrenable.


Es importante señalar que a pesar de que Estados Unidos dominó todo este inicio de siglo, varios polos de poder han emergido en el mundo, particularmente en Asia, empezando con China, la India, y obvio, con Rusia, que lejos de quebrar económicamente y perder poder, el conflicto en Ucrania le ha devuelto su posición como potencia militar y geopolítica. Dichos países junto con Brasil fundaron el BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) en 2009, un foro de diálogo y cooperación económica al que su unió Sudáfrica en 2010, como una respuesta a la necesidad de equilibrar el orden mundial y dar voz a las potencias emergentes que no forman parte del norte occidental (EU y aliados).


Poco a poco y durante ya 15 cumbres anuales han levantado instituciones que empezaban a pintar un emergente orden mundial distinto.

Su peso económico ya para finales del año pasado fue mayor que el de los países del G7 (EU, Canadá, Reino Unido, Alemania, Francia, Italia y Japón), y su población representa alrededor del 40% de la población mundial, en tanto el G7 sólo representa el 9.6 %. Y si bien no es un organismo internacional, la creación de su Nuevo Banco de Desarrollo (NBD) en 2014, con el objetivo de financiar proyectos de infraestructura no sólo a sus miembros sino también a otros países emergentes, fue un gran reto al predominio del Banco Mundial. Además de su desafío al dólar al decidir negociar entre ellos en sus propias monedas.


Y en eso estábamos cuando regresa Trump a la Casa Blanca y empieza la pelea al interior de los propios EU, es decir, da marcha atrás a las acciones de la administración Biden, cancelando agencias, instituciones y discurso del gobierno anterior, y arrecia las acciones que acentúan el desuso del orden internacional. Y con su discurso beligerante y actos prepotentes, los medios de comunicación y las redes sociodigitales nos inundan con la cantaleta de los “cambios geopolíticos cruciales” que están cambiando el mundo…


Y ciertamente, como podemos ver, el mundo está cambiando. Así que para responder la pregunta inicial que da pie a esta serie de artículos, propongamos cuáles son los “cambios geopolíticos” que en realidad están transformando al mundo de manera mayoritaria, sensible y permanente:


4. ¿Qué cosas ya han cambiado en el mundo?


  • Fin de la globalización. (Como la conocemos.)

  • Fin del libre comercio. (Seguirá, pero con aranceles y ´sanciones´.)

  • Fin de algunas reglas del neoliberalismo. (Que el Estado no intervenga en la economía, se acabó.)

  • Fin del multilateralismo. (Estados Unidos opera uno a uno, fuera de la ONU.)

  • Fin de la Agenda contra el cambio climático. (Estados Unidos abandona los Acuerdos de París)

  • Fin de la Agenda “progresista”, (woke). (Trump cancela la USAID, agencia del su gobierno que colaboraba en la ONU para ayuda humanitaria y la promoción de la democracia y los Derechos Humanos, incluía la agenda LGBTQ+).

  • Fin, en los hechos, de la utilidad del orden internacional post 2GM.


5. ¿Hacia dónde vamos?

Para responder esto es fundamental la llamada de Donald Trump con Vladimir Putin del pasado 12 de febrero. Pues si Estados Unidos llega a un acuerdo con Rusia no sólo para detener la guerra en Ucrania, sino como Trump mismo lo dijo, tratar otros temas como el energético, Medio Oriente, Inteligencia Artificial (IA), el poder del dólar; vemos tres opciones.


Primera, si ese entendimiento entre Rusia y EU logra romper la alianza “sin límites” entre Rusia y China, iremos hacia un mundo parecido al de la época de la Guerra Fría, en el que, por el poco peso tecnológico, demográfico y económico de Rusia, sería muy probable que, en pocos años, fuera desechada, otra vez, por Occidente.


Segunda, si al acuerdo entre Trump y Putin se suma Xi Jinping, presidente de China, iremos hacia un mundo regionalizado, donde las tres grandes potencias (EU, China y Rusia) se respeten zonas de influencia y eviten confrontaciones graves, busquen acuerdos para reorganizar el comercio entre ellos, incluido el energético y las tecnologías de última generación (IA, microchips, robótica, computación cuántica).


La otra opción que vemos es que Rusia y China no se olviden del nuevo orden emergente que iban construyendo junto con los BRICS, lo que incluía al Sur Global (Sudamérica, África, Sudeste asiático) e intenten una Nueva estructura internacional en el que EU sea atraído hacia el reconocimiento, y su acoplamiento, a un mundo multipolar, aceptando la pérdida de su predominio.


Naturalmente la última opción es lo que deseamos, pues es evidente que el orden internacional del siglo pasado ya no es útil, la necesidad de reconfigurar el andamiaje institucional internacional es urgente, sí, pero en ella es imprescindible se incluya a los países menos desarrollados y se construyan reglas que eviten los abusos y permita el desarrollo de todos los países del orbe, no sólo de las grandes potencias geopolíticas.


Saúl Loera.

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