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¿La recaudación de contribuciones es limitante política para la rendición de cuentas?

  • christianlopez077
  • 2 sept 2020
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 11 feb 2021

La rendición de cuentas es un término que deriva de la palabra anglosajona accountability, que en inglés significa “el estado de ser sujeto a la obligación de reportar, explicar o justificar algo”.


Debemos tener presente que uno de los aspectos que determinaron el surgimiento del Estado moderno, es precisamente el intercambio que se realizó entre el Gobierno y su ciudadanía: Impuestos por seguridad y orden entre ciudadanos y gobernantes. Es a partir de dicho intercambio que surge la responsabilidad política del Gobierno.


De esta manera se justifica en las leyes y reglamentos, la obligación de los gobernantes para rendir cuentas a los ciudadanos de sus actos.


Es precisamente de este antecedente que tiene lugar el proverbio inglés “no taxation without representation” (No hay impuestos sin representación). De esta manera es recurrente que en sociedades donde la carga fiscal es limitada, poco eficiente o inexistente, el sentido de responsabilidad política de los gobernantes frente a sus ciudadanos es menor, en comparación con otras sociedades donde la gente cuenta con capacidad y cultura tributaria, por lo que en estos casos la gente sabe que sus contribuciones favorecen al financiamiento de la administración en turno. Por lo que se sienten con derechos para exigir cuentas.


En México, como la mayoría de los países en latinoamérica, se presentan dos problemas principales: (I) Por una parte los ayuntamientos no cuentan con las potestades tributarias suficientes para generar ingresos propios, es decir, que conforme al sistema normativo tributario, cuentan pocos rubros para ejercer dicha potestad, ya que los rubros más importantes están reservados para la Federación y los gobiernos locales; y (II) Tampoco cuentan con la cultura para invertir en infraestructura y capacitación para ejercer de manera eficaz las pocas facultades recaudatorias que tienen.


Sírvase como ejemplo, el impuesto predial, en muchos casos los Ayuntamientos no cuentan con un padrón de los predios que se ubican en las poblaciones de su ayuntamiento. Sin embargo, muchos de ellos no hacen esfuerzos administrativos para reformar su catastro y elevar sus ingresos propios.


La falta de cultura tributaria y la baja recaudación local implica que la ciudadanía, no ve a dónde se van los impuestos que pagan eventualmente, asume se roban o se desperdician, y lo que recibe a través de gasto estatal o municipal, no parece provenir de sus impuestos, ya que no existe esta cultura de la información, y no exige, por tanto, una mejor rendición de cuentas”.


En otras palabras, la falta de cultura tributaria y de la información incide en la escasez de representación y rendimiento de cuenta, ya que los gobiernos estatales y municipales llevan a cabo sus acciones sin reparar en que sus ciudadanos aporten necesariamente los recursos que hacen posible dicho gasto. Por ende, esos ciudadanos al no pagar carecen de los incentivos para exigir cuentas de un gasto financiado con recursos provenientes de otros ciudadanos y regiones del país.

La alta inoperancia fiscal de los ayuntamientos y gobiernos locales y la consecuente baja dependencia frente a sus ciudadanos, deriva en un nivel bajo de responsabilidad política de los gobernantes, y podría dar lugar al desinterés de los habitantes para llamar a cuentas a sus gobernantes. Por eso tanto en los gobiernos locales, como en los municipios el proverbio “no hay impuestos sin representación”, se puede entender como “a bajas contribuciones, baja representación”.

Si deseas saber más sobre la adecuada rendición de cuentas, así como de estrategias para tener una recaudación más eficaz ¡Contáctanos!

 
 
 

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