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¿Quién va ganando, EU o China?

  • Foto del escritor: Saúl Loera
    Saúl Loera
  • 15 may
  • 7 Min. de lectura
Columna: Mirada Geopolítica. 15/05/25
Columna: Mirada Geopolítica. 15/05/25
Apenas disimulado dentro de un anuncio de aranceles a 60 países, el ataque de EU a China fue directo aquel 2 de abril pasado: a ese país, hasta el 34%, que acumulado al impuesto semanas antes del 20% por el fentanilo, llegaría al 54% y, después de la respuesta China, que impuso el mismo porcentaje, siguió la puja hasta el 125%, pero dado los previos del 20%, EU fijaba la tasa al 145%, ante lo cual el gobierno chino declaró que el nivel era tan absurdo y contraproducente que ya no respondería… con más aranceles.

Ahora, con la reunión en Ginebra, Suiza, del pasado sábado 10 y domingo 11 de mayo, entre representantes de ambos gobiernos, y el consecuente anuncio de la suspensión por 90 días de los aranceles recíprocos del 24%, así como de los adicionales del 91% que se habían impuesto, dejando un arancel de sólo 10% entre ambas potencias, lo que fue anunciado de manera muy festiva por EU, podría parecer que el conflicto termina, más aún, cuando expresaron su deseo de no desvincular sus economías y se hizo saber habían decidido establecer un “mecanismo para continuar las discusiones sobre las relaciones económicas y comerciales”, sin embargo, desde nuestro punto de vista, no será así.
Donald Trump y miembros de su gabinete han señalado al país asiático como “la principal amenaza para EU”, en diversas ocasiones. Y es que, a pesar de que la nación asiática ni agrede ni amenaza a EU, el reto que representa para la supremacía de los Estados Unidos en los ámbitos comercial, tecnológico, militar y en influencia política internacional, es, por decir lo menos, abrumador.

China viene desbancando a EU en cada vez más áreas desde hace años y, seamos claros, las acciones en su contra no son asunto de un solo presidente o algún partido político en particular, no, para el gobierno estadounidense es un asunto de seguridad nacional: gobierne quien gobierne, ellos ven a China como una amenaza y quieren detenerla. Aunque es verdad que la administración Biden tuvo mejores relaciones con China, en la guerra comercial de Trump contra ella durante su primer mandato, le impuso aranceles a miles de productos del 25%; la mayoría de los cuales siguieron vigentes cuando llegó Biden. Así que más allá de la coyuntura, alcemos la mirada y veamos la profundidad del conflicto y quién lleva la delantera.

Ámbito comercial.
En el ámbito comercial las acciones contra China tienen larga data, la más llamativa fue contra la empresa Huawei, ante quien inició una campaña en 2019 para prohibirle a sus agencias gubernamentales comprar equipos de dicha empresa alegando motivos de seguridad nacional, lo cual se llevó incluso a la Ley de Autorización de Seguridad Nacional. Las tensiones habían llegado al más alto nivel cuando por orden de EU, Meng Wanzhou, hija del fundador de la empresa, así como su directora financiera, fue detenida en el aeropuerto de Vancouver, Canadá, en diciembre de 2018. Adicionalmente, la campaña incluyó presión a diversos países para que dejaran de comprar productos a Huawei y desistieran de usar su Red 5G, incluido México.
Después de la primera guerra arancelaria contra China, que ya decíamos llevó a cabo Trump durante su primer mandato, fue la administración Biden quien prohibió la exportación de semiconductores y tecnología avanzada a empresas de este país, al tiempo que hacía la alianza “Chip 4 Alliance”, con la que logra que Japón, Corea del Sur y Taiwán, también restringieran sus exportaciones en este rubro, al gigante asiático.

Por otra parte, el acoso a la plataforma TikTok ya cuenta años entre investigaciones, ley para prohibirla en dispositivos gubernamentales (2022) o la orden para que la empresa ByteDance, dueña de Tik Tok, la venda (2023). Y más allá de esta nueva guerra arancelaria que parece resolverse, el acoso comercial contra China continúa. Por citar un ejemplo, la empresa china BYD (Build Your Dreams), si bien no ha recibido una prohibición formal para vender autos en EU, entre aranceles e impedimentos legales por motivos de seguridad nacional, no vende sus carros en ese país.

Hace semanas el geopolitólogo brasileño Pepe Escobar compartió en su cuenta de X una gráfica que muestra el avance de ambos países en el comercio mundial en las últimas dos décadas:
En el año 2000, el comercio estadounidense ascendió a $2 billones de dólares, más de cuatro veces los $474 000 millones de dólares de China. Entre 2000 y 2024, el comercio estadounidense se expandió un 167%, mientras que el comercio chino se disparó un 1200%, superando al de Estados Unidos en 2012. Para 2024, el comercio total alcanzó los $5,3 billones de dólares para Estados Unidos y los $6,2 billones para China
En el año 2000, el comercio estadounidense ascendió a $2 billones de dólares, más de cuatro veces los $474 000 millones de dólares de China. Entre 2000 y 2024, el comercio estadounidense se expandió un 167%, mientras que el comercio chino se disparó un 1200%, superando al de Estados Unidos en 2012. Para 2024, el comercio total alcanzó los $5,3 billones de dólares para Estados Unidos y los $6,2 billones para China
Como reza el dicho: una imagen dice más que mil palabras, y en el tema que nos ocupa, muestra muy bien el motivo de los empeños estadounidenses por detener a China o, como decía Pepe Escobar, por romper las reglas (del comercio mundial) si es necesario.

Ámbito tecnológico.
Las acciones de los gobiernos estadounidenses descritas también se insertan dentro de la ´guerra tecnológica´, pues no sólo tienen la finalidad de detener el avance de China en el ámbito comercial, sino también en el tecnológico. Aunque eso fue más evidente con la prohibición de la exportación de semiconductores, necesarios para el desarrollo de celulares, tabletas, pc´s, laptos, pero también del amplio campo de la Inteligencia Artificial (IA). No obstante, China ha sabido producir o resolver sus limitaciones, como se mostró con la sacudida en las bolsas de valores que provocó a las empresas de EU, la aparición del Chabot de la empresa china Deepseek, que con semiconductores “viejos” y menos de diez millones de dólares, logró desarrollar una IA conversacional (Chabot), que rivaliza con ChapGPT de OpenAI, empresa líder de EU.

De igual manera, a pesar de todo lo anterior, Huawei resistió y si bien redujo su presencia global, sigue siendo líder en Asia, África y Latinoamérica, e igualmente ha logrado desarrollar los microprocesadores necesarios para celulares de última generación. Tik Tok se ha posicionado como una plataforma global con más 1,500 millones de usuarios y si bien aún está lejos de los 3 mil millones de Facebook, ha crecido exponencialmente en los últimos años. Y respecto a BYD, ésta ya se convirtió en la empresa líder mundial, pues es la que más autos vende desde el 2023, desbancando a la famosa estadounidense Tesla y apenas en marzo pasado sorprendió al mercado anunciando una batería que en 5 minutos de carga logra hasta 400 Km de autonomía para el auto.

Ámbito militar.
En el ámbito militar EU también en los últimos años ha buscado contener a China. En el 2017 relanzó formalmente el QUAD, un foro ´cuadrilátero´ que incluye a EU, India, Japón y Australia, con el objetivo de ofrecer seguridad marítima y cibernética (tecnologías críticas, microchips), que si bien no es una alianza militar formal, como puede verse en sus objetivos, la intención es la contención de China. Pero en 2021, EU sí creo un pacto de seguridad trilateral denominado AUKUS, por las siglas de los países que lo integran: Australia, Reino Unido (United Kingdom) y Estados Unidos (United States), que además de ser una alianza con el mundo de la academia e investigación, incluye a gobiernos y tiene como objetivo el desarrollo de tecnologías cuánticas, ciberseguridad avanzada, inteligencia artificial, capacidades hipersónicas y contrahipersónicas, así como desarrollar submarinos nucleares, lo que ya le da un cariz militar altamente delicado para el dragón oriental.

Desde luego, China no ha estado ´sólo milando´, la Organización para la Cooperación de Shanghai, creada en 2001 para la seguridad regional y contra el terrorismo, separatismo y extremismo, integrada por China, Rusia, Kazajistán, Tayikistán y Uzbekistán, al día de hoy se ha ampliado a 9 miembros incluyendo a Kirguistán, India, Pakistán e Irán, lo que le ha dado una influencia absoluta en todo el centro de Asia, pues con estos países realiza regularmente ejercicios militares conjuntos.

Además de esta alianza política, económica y militar, también China se ha rodeado del BRICS (2009) que originalmente incluía a los países de su acrónimo: Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, pero en el 2023 se amplió a 10, (Argentina declinó) integrando a: Etiopía, Irán, Egipto y las ricas “petro monarquías” de Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita. Y si bien este foro no es una organización militar, le da posibilidad de ampliar su política de comercio y alianzas políticas, que es el enfoque que su diplomacia utiliza para contener el acoso en su contra.

China también ha construido islas artificiales en su mar meridional, algunas de las cuales ha convertido en bases militares y por lo que ha sido acusada constantemente por medios occidentales (EU y aliados) de “desestabilizar la zona”. Aunado a esto, construyó su primer base militar (2017) en el exterior, en el pequeño país africano de Yibuti, paso fundamental hacia el Canal de Suez, por donde pasa alrededor del 10% tanto del comercio como del petróleo mundial. En este país al norte del cuerno de África, varias potencias (EU, Francia, Italia, Japón, Rusia) tienen bases militares, a las que ahora se suma el gigante asiático.

Y si bien EU sigue siendo el ejército más poderoso del mundo por potencia, presupuesto y capacidades tecnológicas, según el Ranking Global Firepower, en tanto China ocupa el tercer lugar, después de Rusia, no obstante, sus avances y logros en la materia igualmente no dejan de sorprender. En primer lugar, es el ejército más grande del mundo con 2 millones de militares en servicio activo, frente a 1.3 millones de EU, aunado a que también ya cuentan con la flota naval, entre buques y portaaviones de última generación, más grande del mundo. A lo que hay que agregar que ya ha logrado desarrollar misiles hipersónicos, es decir, misiles que viajan a varias veces la velocidad del sonido, uniéndose al selecto puñado de países que han demostrado los tienen (Rusia, Corea del Norte, Irán y China), en tanto otros están aún en fase de pruebas: Francia, Japón, EU.

Y apenas la semana pasada, en el choque militar ente Pakistán e India sobre el cielo de Cachemira, fue sonora la noticia de que Pakistán había derribado al menos tres cazas de la fuerza área india, entre los que estaban dos rusos y el famoso Rafale, de origen francés y uno de los aviones militares más avanzados del mundo. Los cazas J-10C, junto con sus misiles PL-15, lograron la hazaña, pues se trata de tecnología completamente china. Lo más sorprendente fue que la interacción entre los radares en tierra, en aire, en conjunción con los que portan el caza y el propio misil, lograron una coordinación efectiva que supuestamente sólo tenía EU y la OTAN. Lo que muestra el grado de avance que está alcanzando, este logro adquiere más relevancia dado que muchos analistas dudan de las capacidades reales del ejército chino, tras décadas de no participar en ninguna guerra.

Pero si bien en todos estos aspectos China avanza sin cesar, en donde definitivamente creemos ha tomado la delantera, es el ámbito de su influencia política mundial. Lo que fue más notorio dado el tono de su discurso y las sorprendentes alianzas que tejió justo en estas semanas de “guerra arancelaria”. Lo cual veremos en el próximo artículo.

Saúl Loera.

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