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¿Qué tipo de líderes queremos?

  • Foto del escritor: Saúl Loera
    Saúl Loera
  • 10 jun
  • 5 Min. de lectura

Actualizado: 11 jun

Columna: Mirada Geopolítica. 10/06/25
Columna: Mirada Geopolítica. 10/06/25
En las últimas semanas nuestro morbo ha sido saciado con escándalos como el bofetón que recibió el presidente de Francia, Emmanuel Macron, de parte de su esposa o el despechado encontronazo entre el presidente de los Estados Unidos y su asesor estrella, Elon Musk. Ello, aunado al evento donde el mismo Macron, en reunión con el canciller alemán, Friedrich Merz, y el primer ministro británico, Keir Starmer, fueron captados por la prensa en un tren hacia Ucrania, en donde en su mesa había una pequeña bolsa con un polvo blanco y al lado una ´cucharita´, han inundado las redes socio digitales y los medios de comunicación.

Pero más allá del ´sabroso´ chismecito y el ´divertido´ cotilleo, ese tipo de eventos a algunos nos hacen reflexionar qué tipo de líderes tenemos y, sobre todo, qué tipo de líderes queremos. Entre los incesantes y naturales cambios que acontecen en el mundo, uno más o menos reciente se ha dado justo en el ámbito político: la pérdida de categorías para definir y caracterizar cómo es una lideresa o líder político. 

Hace no mucho podía decirse que tal o cuál líder era de ´derecha´ o ´izquierda´, y sin conocer el origen de estas categorías, el grueso de las personas podíamos entender que alguien de ´derecha´ era aquel cercano a empresarios, a las élites mundiales de los organismos internacionales, apoyado por élites locales, a favor del capitalismo y el libre mercado, con inclinación a ciertos valores ´tradicionales´ como la familia, la religión o incluso, a alguna iglesia en particular.

Por el contrario, los de ´izquierda´ solían ser anticapitalistas, nacionalistas, no amigos o, al menos, recelosos de los empresarios y las élites locales e internacionales, desconfiaban del libre mercado, propugnaban por valores ´liberales´ o ´progresistas´ como el aborto, la libertad sexual y, por supuesto, eran líderes que se la pasaban arengando al ´pueblo´, pues siempre tenían en boca el bienestar de la patria o las mayorías.

Esta idea fue cimentada el siglo pasado bajo la lucha entre capitalismo y comunismo que se vivió durante décadas, hasta la caída del bloque comunista en 1991. De ahí a la fecha las cosas han cambiado, pero en los últimos años esta taxonomía ha sido sepultada por completo, pues hemos visto aparecer líderes que, por ejemplo, a pesar de gobernar un país comunista (China), en su seno anida un híper capitalismo más desregulado (para empresas y mercado) que el del país otrora líder y defensor del capitalismo más salvaje: Estados Unidos.

Y, por el contrario, hemos visto surgir en el propio EU un líder que está contra reglas del libre mercado, que, contrario a su propia doctrina económica, interviene en cada vez más áreas de la economía, apoyando o prohibiendo empresas, un líder que arenga, como los mejores líderes izquierdistas de antaño, valores tradicionales, nacionalismo y demonizaciones contra las élites y organismos internacionales. ¿Entonces cómo podemos saber qué tipo de líderes nos gobiernan? ¿Son de derecha o de izquierda? ¿Son capitalistas o anticapitalistas? ¿Son liberales progresistas o tradicionalistas? ¿Son globalistas o nacionalistas?

El analista mexicano Alfredo Jalife-Rahme hace años ha propuesto adoptar la dicotomía Nacionalistas vs Globalistas, en donde los primeros están a favor de recuperar el control de su economía, fronteras, historia e identidad cultural de las manos de los organismos internacionales (FMI, BM, Foro Davos, et al) y de instituciones privadas y multimillonarios que están a favor de un globalismo que desea un gobierno mundial (vía organismos internacionales) y que a nivel cultural busca ´homogeneizar´ a todo el orbe. Aunque Jalife advierte que no hay un solo nacionalismo, sino varios.

Estos líderes (no sólo gobernantes; también dueños de trasnacionales), comparten, aunque no de manera completa, visiones políticas, económicas y valores culturales e ideológicos los cuales permite agruparlos en estas dos categorías. Por ejemplo, entre los nacionalistas, también denominados ´soberanistas´, encontramos valores como el rescate de tradiciones, lengua y religión propias. Contrario a los globalistas que están a favor de la mezcla cultural, el ´progresismo´ (movimiento Woke), la ´ciudadanía global´, la migración y el derribo de fronteras e ideologías nacionales.

Como puede observarse, estas nuevas categorías nos arrojan luz en el esfuerzo de saber las características y línea política que tienen nuestros líderes y gobiernos. En el grupo soberanista se encuentran personajes como Narendra Modi, primer ministro de la India, Xi Jinping, presidente de China, Vladimir Putin, presidente de Rusia, Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, pero también estaría Donald Trump y otros.

Entre los globalistas estarían Bill Clinton, Barak Obama, Joe Biden, presidentes de EU, Emmanuel Macron, presidente de Francia, y aunque acaban de llegar al poder, Friedrich Merz en Alemania y Keir Starmer en Inglaterra, ellos estarían integrados al mismo bando. Mucho más acusadamente Macron, que inclusive fue ´banquero´, pues trabajó para Rothschild & Cie Banque, la filial francesa del legendario grupo financiero inglés Rothschild.

Urge la reflexión y arribar a una nueva taxonomía porque dependiendo de qué principios económicos, políticos y culturales profese nuestro líder o lideresa, derivarán acciones de gobierno y políticas públicas. Si alguno de ellos, está a favor de que las fronteras nacionales caigan, por ejemplo, dejará de promover en festividades y libros de texto de las escuelas la historia patria. Precisamente porque este tipo de categorías tienen impacto en la vida pública de los millones de personas que somos gobernadas, es fundamental que nuestros líderes definan, y nosotros sepamos, qué tipo de líderes tenemos y queremos.

A nivel económico, ¿Deseamos que esté a favor de que cada país opte por el modelo económico que mejor le beneficie o a favor de que se siga promoviendo sólo uno, vía organismos internacionales? ¿Preferimos nuestro gobierno siga la prescripción de que el Estado debe ser mínimo y se salga de cada vez más áreas de la economía para dejarlas en manos de privados o que intervenga y regule? ¿Queremos busque la integración regional para privilegiar relaciones ´mutuamente beneficiosas´ o adopte otras donde se profundicen relaciones de dependencia neocolonialista?

A nivel político, ¿preferimos líderes de acuerdo con promover y hasta obligar a que los países adopten el modelo de democracia liberal de occidente (EU y aliados), con sus Organizaciones No Gubernamentales (ONG´s) y grupos de la ´Sociedad Civil´ (SC) intocados, con parlamentos divididos (gobiernos sin mayoría), ´libertad de expresión´ absoluta e irrefrenable o deseamos impongan límites y ajustes? ¿Deseamos empresarios a cargo de nuestro gobierno o preferimos se mantenga la distancia entre iniciativa privada y gobierno? ¿Que estén a favor de la guerra o de la paz? Porque da la casualidad son los globalistas quienes la promueven en Ucrania, Palestina o Irán.

A nivel cultural, ¿Buscamos lideresas que promuevan políticas públicas para fomentar la natalidad y la familia tradicional o que privilegien la vía de realización personal de manera alternativa e individualista? ¿Líderes que promuevan una vida saludable regulando empresas de la industria alimenticia y fomentando el deporte o ´respete´ nuestra libertad individual? ¿Que inaugure ceremonias religiosas o desfiles LGTB+? ¿O ambas? ¿Qué tipo de líderes queremos?

El tema es tan intrincado que personajes como Donald Trump fácilmente puede aparecer en ambos bandos. Lo que muestra la complejidad a que estamos expuestos los ciudadanos. Desde hace muchos años los medios de comunicación, y también analistas y “centros de pensamiento”, nos dicen que los malos son los nacionalistas (Modri), aquellos que traban alianzas con patriarcas religiosos (Putin), los que intervienen en la economía (Jinping) o los que “hipócritamente” usan la historia y a los pueblos originarios (López Obrador). ¿En verdad es tan fácil saber quiénes son los ´malos´?

Según esa narrativa, todos ellos tienen peligrosos rasgos autoritarios, pero da la casualidad que son los lideres de las excelsas democracias occidentales quienes tienen en crisis a sus países y los que en lugar de presentar ´planes quinquenales´, con visión a largo plazo, están envueltos en escándalos mediáticos. ¿Deseamos líderes sobrios y medidos o bloferos espanta ingenuos? ¿Líderes conocedores de la historia, pueblos y características de los países que gobiernan o ex empleados de banqueros? ¿Qué tipo de líderes queremos?

Saúl Loera.




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